Me encontraba en una visita de campo a una institución educativa primaria de la zona sur oriental de la ciudad para aplicar un instrumento de investigación. Al caminar por uno de los pasillos, y mirando a lado y lado los salones de clase, uno en particular llamaba la atención. Era el salón de preescolar. Desde los parlantes del equipo de sonido no salían las notas musicales de los pollitos dicen, ni el pájaro carpintero. La canción que retumbaba hasta el pasillo, y que los niños bailaban y cantaban a coro unísono, decía “Tú estás cantúa, cantúa” “Tú estás pencúa, pencúa”.
En Cuba, la cantúa es un dulce de coco, batata y ajonjolí. Como adjetivo, el término es usado en algunas poblaciones de España como por ejemplo en Málaga, donde con este vocablo se cataloga a las mujeres guapas con buenas proporciones y curvas definidas. En la costa Caribe colombiana el término cantúa es un vocablo de los estratos populares para catalogar a la mujer de vulva grande.
Así dice la canción de moda. No solo suena en la radio del preescolar, también en los buses, en las fiestas y en los locales comerciales. El hit del momento repite hasta el cansancio “Estás Cantúa” “Estás pencúa” sin parar. No dice nada más. Buscando la canción en Youtube ya el video lleva más de 300 mil visitas y otro video muy visitado muestra en particular a dos adolescentes bailando este ritmo en inmediaciones del parque de la Marina. No se puede negar que el ritmo es pegajoso y que contiene elementos acústicos que incentivan como casi toda la música champeta y danzal, al baile y al movimiento.
Para la champeta, el danzal y el reciente choque, el cuerpo se convierte en centro de sensualidad que es inherente a estas manifestaciones culturales. Es el cuerpo el medio y vehículo de la expresión, de la comunicación del individuo con el mundo, y por ende auto de manifestación de todos los procesos educativos e ideales culturales recibidos.
Sin embargo, analizando muchas canciones y sus letras no es mucho lo que proponen. Si bien la música champeta y danzal lleva desde tiempos históricos un mensaje opositor a lo estético y una conciencia liberadora en el baile, también es cierto que debemos estar abiertos y críticos a cuál es el mensaje que en realidad desde la oralidad, la percepción, la acción, los sentimientos y la corporalidad se pretende dar.
Adam Krims, profesor de análisis musical de la Universidad de Nottingham en Reino Unido, plantea que “En la transformación a un objeto de turismo, una ciudad se produce sí misma como un diseño, se produce a sí misma como un símbolo”. Cartagena una ciudad con altos índices de abuso y explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, así como de abuso y maltrato a la mujer debería ser más crítica e indagar sobre lo que se escucha, lo que se baila y lo que se enseña. ¿Cuál es el papel del cuerpo para esta sociedad y que representa en estos espacios ya cargados de violencia real y simbólica?